lunes, 28 de diciembre de 2015

¿Quién recuerda a los inocentes?

Hace apenas unos días, los medios de comunicación registraban
el triste hallazgo del morral de una guerrillera y, dentro de éste,
el de su diario y un frasco en el que ella mantenía el feto de su hijo.

¿Quién recuerda a los Inocentes?


Es Navidad. Pero como si no lo fuera. Han transcurrido sólo tres días después de esta importante celebración, y apenas sí queda algo de la sensibilidad que invita a mirar con amor y a compartir con el pobre y el desamparado. Tan sólo es 28 de diciembre, y ya el ambiente se ha trivializado. La alegría cristiana ha cedido ante la euforia, el bullicio y la frivolidad paganas. Sólo hay marasmo.


No de otra forma se explica que casi en la misma gruta en la que hace tres noches honrábamos el nacimiento de la inocencia misma, hoy duerman a sus anchas y amanezcan aparejadas la malicia y la burla, usurpando los lugares de María y de José, para denostar hoy a los inocentes, con el mismo eco de los medios que saludan al Señor exaltando la sensiblería.

La inocencia es burlada, denigrada, profanada. Y a los inocentes no se les recuerda ni se les rinde el tributo que honra su martirio. Hoy imperan el uso y las costumbres, y hasta los medios católicos contemporizan con las bromas y el ambiente burlesco impuesto por locutores, presentadores, animadores o pseudo periodistas que, en lugar de enaltecer su profesión, la envilecen y se envilecen a sí mismos sirviendo a la puesta en escena de una chabacanería con la que se oculta o se pretende paliar la crudeza de una realidad que aunque nos desborda, procede de nosotros mismos: de nuestro corazón endurecido y de nuestros egos exaltados.

La conmemoración del martirio de los Santos Inocentes, celebrada litúrgicamente por la Iglesia, no puede pasar desapercibida ni ocultarse ante el resto del mundo bajo el velo de la trivialidad mundana. Es un crimen que se perpetúa mediante el aborto, ya no sólo clandestino, sino arropado hoy como un derecho, y que deja las más penosas secuelas físicas y psicológicas con que pueda cargar una persona: quien se somete a ello, quien lo promueve o lo facilita, quien lo practica, y quien lo sufre y sobrevive.

La pérdida de la inocencia y el subsecuente crimen del aborto son, respectivamente, un lastre de vergüenza y una hipoteca moral que aún pesa sobre nuestra sociedad.

* * * * *

Para meditar y reflexionar sobre esta cruda realidad, y adoptar una postura racional ante el genocidio silencioso que abate a la humanidad, ofrecemos tres recursos: un relato y dos videos.


  • El relato de la mística alemana Ana Catalina Emerich, quien en sus “Visiones y Revelaciones Completas” describe la malicia con que se procedió y narra cómo fue la matanza de los santos inocentes por orden de Herodes.
  • El primer video recoge los instantes en que una criatura recién abortada se mueve con vida en la palma de la mano de una persona adulta, ante el asombro y natural conmoción de quienes le acompañan y son testigos del hecho.
  • El segundo, las palabras de Gianna Jessen, sobreviviente de un aborto con solución salina -quien fue adoptada por una familia y es hoy adulta-, pronunciadas el 28 de septiembre de 2008 en Queen´s Hall, Melbourne, Australia, ante un importante auditorio de distinguidas personalidades y dirigentes de dicho país.
A continuación, el relato y los dos videos:

La matanza de los inocentes, un relato estremecedor…

“Herodes fue siempre sanguinario y hasta en sus últimos días hizo mucho daño”. “La huída a Egipto se produjo cuando Jesús tenía nueve meses, y la matanza de los inocentes ocurrió durante el segundo año de la edad de Jesús” (Tomo 4, pág. 327).

“Se apareció un Ángel a María y le hizo conocer la matanza de los niños inocentes por el Rey Herodes. María y José se afligieron mucho y el Niño Jesús, que tenía entonces un año y medio, lloró todo el día. He sabido lo siguiente: como no volvieron los Reyes magos a Jerusalén, y estando Herodes ocupado en algunos asuntos de familia, sus temores se habían calmado un tanto; pero cuando regresó la Sagrada Familia a Nazaret y oyó las cosas que habían acontecido en el templo y las predicciones de Simeón y de Ana en la ceremonia de la Presentación en el templo, aumentaron sus temores y angustias. Mandó soldados que con diversos pretextos debían guardar los lugares alrededor de Jerusalén, a Gilgal, a Belén hasta Hebrón, y ordenó hacer un censo de los niños. Los soldados ocuparon esos lugares durante nueve meses, mientras Herodes se hallaba en Roma. Después de su vuelta se produjo la degollación de los inocentes. Juan tenía entonces dos años, y había estado escondido en casa de sus padres antes que Herodes diera la orden para que las madres se presentaran con sus hijos de dos años o menos ante las autoridades locales. Isabel, advertida por un ángel, volvió a huir al desierto con el niño Juan. Jesús tenía entonces año y medio. La matanza tuvo lugar en siete sitios diferentes. Se había engañado a las madres, prometiéndoles premios a su fecundidad; por eso ellas se presentaban a las autoridades vistiendo a sus criaturas con los mejores trajecitos. Los hombres eran previamente alejados de las madres. Los niños, separados de sus madres, fueron degollados en patios cerrados y luego amontonados y enterrados en fosos.

Hoy, al mediodía, vi a las madres con sus niños de dos años o menos acudir a Jerusalén, desde Hebrón, Belén y otro lugar donde Herodes había ordenado a sus soldados y funcionarios. Se dirigían a la ciudad en grupos diversos: algunas llevaban dos niños montados en asnos. Cuando llegaban eran conducidas a un gran edificio siendo despedidos los hombres que las habían acompañado. Las madres entraban alegremente, creyendo que iban a recibir regalos y gratificaciones en premio a su fecundidad. El edificio estaba un tanto aislado y bastante cerca del que fue más tarde el palacio de Pilatos. Como se hallaba rodeado de muros, no se podía saber desde afuera lo que pasaba adentro. Parecía aquello un tribunal, pues vi unos pilares en el patio y bloques de piedra con cadenas colgantes. También vi árboles que se encorvaban y ataban juntos y luego, soltados rápidamente, despedazaban a los desgraciados a ellos atados. Todo el edificio era sombrío, de construcción maciza. El patio era casi tan grande como el cementerio que hay al lado de la iglesia parroquial de Dülmen. Se abría una puerta entre dos muros y se llegaba al patio, rodeado de construcciones por tres lados. Los edificios de derecha e izquierda eran de un solo piso y el del centro parecía una antigua sinagoga abandonada. Varias puertas daban al patio interno. Las madres eran llevadas a través del patio a edificios laterales, y allí encerradas. Parecía aquello una especie de hospital o posada. Cuando se vieron encerradas, tuvieron miedo y empezaron a llorar y a lamentarse. Pasaron la noche allí dentro.

Marzo 9. —Hoy, después de mediodía, vi el cuadro horrible de la matanza de los niños. El gran edificio posterior que cerraba el patio tenía dos pisos. El inferior era una sala grande, desprovista, parecida a una prisión, o a un cuerpo de guardia, y en el piso superior había ventanas que daban al patio. Allí vi a algunas personas reunidas en un tribunal; delante de ellas había rollos sobre una mesa. Creo que Herodes estaría presente, pues vi a un hombre con manto rojo adornado de piel blanca, con pequeñas colas negras. Estaba rodeado de los demás y miraba por la ventana de la sala que daba al patio. Las madres eran llamadas una a una para ser llevadas desde los edificios laterales hasta la sala inferior grande del cuerpo que estaba detrás. Al entrar, los soldados les quitaban los niños, llevándolos al patio, donde unos veinte hombres los mataban atravesándoles la garganta y el corazón con espadas y picas. Había niños aún fajados, a los cuales amamantaban sus madres, y otros que usaban ya vestiditos. No se ocuparon de desvestirlos, sino que tal como venían los tomaban del bracito o del pie y les arrojaban al montón. El espectáculo era de lo más horrible que puede imaginarse.

Entre tanto las madres eran amontonadas en la sala grande, y cuando vieron lo que hacían con sus niños, lanzaban gritos desgarradores, mesándose los cabellos y echándose en brazos unas de otras. Al fin se encontraron tan apretadas que apenas podían moverse. Me parece que la matanza duró hasta la noche. Los niños fueron echados más tarde en una fosa común, abierta en el mismo patio. Me fue dicho el número de ellos, pero ya no me acuerdo. Creo que había setecientos, más una cifra donde había un siete o diez y siete. Cuando vi este cuadro horrible no sabía dónde estaba ocurriendo eso, y me parecía aquí, donde estaba yo. A la noche siguiente vi a las madres sujetas con ligaduras y conducidas por los soldados a sus casas. El lugar de la matanza en Jerusalén fue el antiguo patio de las ejecuciones, a poca distancia del tribunal de Pilatos; pero en la época de éste había sufrido varios cambios. Cuando murió Jesús, vi que se abrió la fosa donde estaban los niños inocentes y que sus almas salieron de allí apareciéndose en diversos lugares” (Tomo 5, pág. 305 - 307).


Esta es una persona viva, con toda su Dignidad Humana y su potencial de desarrollo...



Palabras de Gianna Jessen, sobreviviente de un aborto cometido sobre ella...



viernes, 21 de agosto de 2015

Sin ambivalencias: claro compromiso Provida de Juan Carlos Vélez Uribe, candidato a la Alcaldía de Medellín

El jueves 20 de agosto de 2015, al final de la tarde, y en el marco del foro convocado por la Asociación de lglesias Evangélicas y Cristianas, Juan Carlos Vélez Uribe, candidato a la Alcaldía de Medellín por el Centro Democrático, dejó muy clara y sin lugar a dudas ni ambigüedades sus principios y su postura en favor de la vida desde la concepción hasta la muerte natural.

Claro, concreto, firme, sin ambivalencias ni posturas "políticamente correctas", Juan Carlos Vélez Uribe fijó su posición Provida.

Adjuntamos los tres audios con sus palabras, cuyo contenido es el siguiente:



“…Pero la protección de la vida también implica compromisos; e implica posiciones claras, no por razones de carácter electoral, sino compromisos que uno en el pasado ha asumido y acciones que ha desplegado en ocasiones anteriores. En el Senado de la República fui claro en oponerme en el Congreso de manera directa al aborto, y fui claro en oponerme al proyecto de ley que en dos veces presentó el Senador Armando Benedetti para legalizar la eutanasia en el país. Por lo tanto, mi actitud como Alcalde debe ser exactamente la misma. El gran activo que debe tener un político es la coherencia: uno no puede cambiar según las circunstancias. Yo en el pasado actué de una manera, y mi compromiso es actuar igualmente de la misma manera. Y eso significará también que yo no estoy de acuerdo con esos proyectos de ‘Clínica de la Mujer’, que buscaban era facilitar el aborto en la ciudad. Gracias”.
Corte Constitucional y Eutanasia: “La Corte se excedió”.



Fortalecer la Familia desde distintas actividades, programas y estrategias. Pero, principalmente, se trata de la actitud y de la sensibilidad del Alcalde frente a la Familia.

martes, 21 de julio de 2015

El fracaso provida, por Juan Manuel de Prada

Sábado, 18 de julio de 2015

El fracaso provida, por Juan Manuel de Prada.

Reproducimos el siguiente artículo del escritor Juan Manuel de Prada, publicado por Voto Católoco Colombia, y originalmente en Religión en Libertad.

Se consumó la reformita favorecedora del aborto que impedirá abortar a las menores de edad sin el consentimiento de sus papaítos. Y digo que esta reformita de apariencia restrictiva favorece paradójicamente el aborto por la muy sencilla razón de que refuerza su consideración como acto de mera disposición de la voluntad. Cuando a una menor se le exige el consentimiento de sus papaítos para abortar se está afirmando que, para abortar, basta con tener capacidad legal, como para contraer cualquier obligación o ejercer cualquier derecho de naturaleza civil; y que, alcanzado ese requisito de la edad (o subsanado por el consentimiento paterno), abortar se constituye en un puro acto de la voluntad, como suscribir una póliza o comprarse un automóvil. Que una menor pueda o no abortar con el consentimiento de sus papaítos es un hecho irrelevante que sólo sirve (a modo de macguffin) para distraer la atención de los tontos útiles del hecho sustancial, que es la eliminación de una vida gestante. En realidad, esta reformita es una argucia para contribuir al eclipse de nuestro juicio ético, que es el fundamento sobre el que el Nuevo Orden Mundial sustenta todo su proceso de ingeniería social.

Pero los peperos no hacen sino cumplir con su cometido de obedientes lacayos, según el reparto de funciones que les asigna el Nuevo Orden Mundial. Más interesante es constatar el fracaso incuestionable del movimiento pro vida, que durante décadas ha pretendido que el aborto no es una cuestión política, esgrimiendo argumentos sentimentaloides y vacuas apelaciones al derecho natural que ya nadie entiende, precisamente porque el orden político vigente se sustenta sobre la abolición del Derecho Natural. Para combatir los presupuestos doctrinales sobre los que se sustenta el aborto hay que propugnar un orden político nuevo, que es lo que el movimiento pro vida no ha sabido hacer, pretendiendo mantenerse en un absurdo (por inexistente) ámbito de «apoliticismo», que a la postre se ha convertido en arrabal de friquismo; pues la dura realidad es que, hoy por hoy, quienes defendemos la vida gestante somos percibidos por el clima de nuestra época como friquis apestosos, amén de inhumanos.

Y es que la defensa de la vida gestante sin la postulación de un orden político que la acoja hospitalariamente resulta ininteligible. Para revolverse contra el aborto hace falta, primeramente, revolverse contra un orden económico que se funda sobre la convicción de que el mejor modo de contar con masas cretinizadas e incapaces de luchar contra unas condiciones laborales oprobiosas es conseguir que esas masas tengan pocos hijos; porque quien no tiene hijos por los que luchar acaba renunciando a la lucha. Para revolverse contra el aborto hay que explicar antes a la gente que el aborto, como todos los derechos de bragueta, son argucias del sistema para conseguir que las injusticias sociales resulten menos oprobiosas. Y que todo el sostén ideológico sobre el que el aborto se sostiene es, en última instancia, consecuencia del concepto liberal de libertad, que exhorta al hombre a deshacerse de todos los impedimentos que dificultan o limitan el proceso de fortalecimiento de su individualidad soberana. A esta idea nuclear se le incorporarían luego aderezos y perifollos como la ideología de género; pero combatir los perifollos sin atacar el núcleo es como arar en el mar.

El combate contra el aborto sólo puede ser eficaz si se inserta en un combate de naturaleza política. Todo lo demás es buscar grotescamente la «añadidura», soslayando la búsqueda primordial del «reino y su justicia». Pero a quien no busca primero el reino y su justicia la añadidura también le será negada.

jueves, 18 de junio de 2015

Arzobispo de Medellín y Procurador General consagran Colombia al Sagrado Corazón de Jesús


Consagración del País al Sagrado Corazón de Jesús. Medellín, Junio 14 de 2015.

Al terminar la Procesión anual que durante más de 100 años y de manera ininterrumpida se realiza en Medellín con el nombre de "Marcha de la Fe y del Amor", en honor al Sagrado Corazón de Jesús y en acción de gracias por el fin de la Guerra de los 1000 días, a las puertas de la Catedral Basílica Metropolitana de Medellín, se llevó a cabo el Acto de Consagración del País.

Tanto la Procesión como la Solemne Eucaristía, fueron presididas por el Señor Arzobispo de Medellín, S.E.R. Mons. Ricardo Tobón Restrepo, en tanto que en el Acto de Consagración se le concedió la palabra al señor Procurador General de la Nación, Dr. Alejandro Ordóñez Maldonado, como suele hacerse cada año en cabeza de una autoridad pública, para que en nombre de la Nación pronunciara la súplica haciendo explícita la consagración del País al Sagrado Corazón de Jesús.

A continuación, el video (en dos partes) que registra el acto de Consagración, pronunciado por el Dr. Alejandro Ordóñez Maldonado, Procurador General de la Nación, a quien agradecemos por haber tomado la vocería, en cabeza del Ministerio Público que representa los legítimos derechos, intereses y anhelos de los colombianos, para consagrar en nombre del mismo Pueblo y Nación a Colombia al Sagrado Corazón de Jesús.

Luego de los videos, podrá leer el texto de la misma Oración de Consagración. Dios escuchará nuestra súplica.



CONSAGRACIÓN DE COLOMBIA AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Medellín, 14 de junio de 2015

Por Alejandro Ordóñez Maldonado.

Sagrado Corazón de Jesús:

Postrados a tus pies, oh mi buen Jesús, venimos como antaño a consagrar nuevamente a este tu pueblo colombiano a tu Sacratísimo Corazón. Lo hacemos porque hoy más que nunca, necesitamos de tus gracias y misericordias, de tu luz para disipar las tinieblas que han invadido nuestras almas, de tu dirección para volver por la senda recta de la Verdad, único camino de nuestra salvación y la paz.

Se hace indispensable en estos tiempos volver a renovar la devoción a Vuestro queridísimo Corazón, porque por alejarnos de Él los males abundan en nuestra patria. Se arremete sin medida contra la familia, se profana la vida, la cultura de la muerte se ha enseñoreado de nosotros. Se cierne sobre nuestra nación la corrupción de las costumbres por leyes inicuas. Lo público se ha convertido en presa de algunos intereses mezquinos del poder temporal. Se vierte en todos nosotros el conflicto y la guerra que nos aleja cada vez más del bien común y de la paz.

Perturbados por la abundancia de males, es menester pedir públicamente socorro a Aquél que puede evitarlos. Y ese es tu amadísimo Corazón sobre el que se levanta la cruz, y que brilla con un magnífico resplandor rodeado de llamas. En él debemos poner todas nuestras esperanzas; tenemos que pedirle y esperar de él la salvación de nuestros hombres y de nuestra patria.

Es necesario conducirnos a Vuestro pecho para descansar de las tribulaciones que aquejan a nuestro pueblo. A ese Sagrario de paz para que nos saque del conflicto, así como en otro tiempo lo hiciste para superar la nefasta guerra de los mil días. A ti, Santuario de Divinidad acudimos hoy de rodillas para pedirte nuevamente que broten de tu Corazón las gracias y misericordias infinitas que apacigüen a nuestro pueblo.

Venga a nosotros Tu Reino. Que reine tu Sacratísimo Corazón sobre nuestras almas, sobre nuestras vidas, sobre nuestras familias, sobre la sociedad entera y sobre nuestros gobernantes. Aunque indignos de tal favor, te suplicamos nos concedas tiempos de concordia. Que tu divino Corazón sea la aurora de una paz imperturbable, que la paz que anhelamos tanto nos llegue por los rayos suavísimos de tu Corazón.

Sabemos bien los que aquí postrados te veneramos, que la verdadera paz sólo se alcanza a través del Corazón Augusto del Verbo Encarnado, de Cristo Redentor. Sólo Tú, perfectísimo Rey de reyes eres capaz de calmar a esta nación agitada por incesantes y rudas discordias. Corazón de Jesús Sacramentado escucha nuestras súplicas y haz que brille la verdadera paz como fuente inagotable de todos los bienes.

Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo, danos la Paz.

“Desterrad de los confines de la Patria la impiedad y corrupción, la calamidad y la miseria. Dicte nuestras leyes vuestra Fe; gobierne nuestros tribunales vuestra justicia; sostengan y dirijan a nuestros jefes vuestra clemencia y fortaleza; perfeccione a nuestros Sacerdotes vuestra sabiduría, santidad y celo; convierta a todos los hijos –de Colombia- vuestra Gracia, y corónelos en la Eternidad vuestra Gloria: para que todos los pueblos y naciones de la tierra contemplando, con santa envidia, la verdadera dicha y ventura del nuestro, se acojan a su vez a vuestro amante Corazón, y duerman el sueño tranquilo de la paz que ofrece al mundo esa Fuente pura y Símbolo perfecto de amor y caridad”. (Palabras del presidente Gabriel García Moreno cuando consagró al Ecuador).

Sagrado Corazón de Jesús, En Vos Confío.

Amén.


(Texto facilitado por el Dr. Alejandro Ordóñez Maldonado).

sábado, 10 de enero de 2015

Benedicto XVI tenía razón en Ratisbona



Publicamos el artículo y el video del Padre Santiago Martín, fundador de los Franciscanos de María, Periodista y asesor de importantes medios internacionales sobre asuntos de Iglesia, en los que se refiere a la realidad y a la mentalidad que hay detrás de la reacción a los recientes atentados yihadistas contra el medio francés "Charlie Hebdo". La sensatez y objetividad informativa y de criterios del P. Martín son una fuente de confiabilidad analítica. Ambos fueron publicados por el sitio web religionenlibertad.

10.1.15. El discurso del 12 de septiembre de 2006 en la universidad en la que el Papa Joseph Ratzinger fue vicerrector sirvió para lanzar una campaña mundial contra él, quien no había hecho sino confrotar al islam con su propia realidad. El padre Santiago Martín recuerda aquella polémica justo cuando los atentados de París han puesto de manifiesto la clarividencia del pontífice.

El Papa Benedicto XVI tenía razón cuando, en la Universidad de Ratisbona, alertó sobre el peligro de que el Islam derivara hacia la violencia si no asumía el respeto a la persona, con todas sus consecuencias, incluida la libertad religiosa. Aquella advertencia no fue acogida por casi nadie y a muchos les pareció fuera de lugar, incluso dentro de la Iglesia católica. Hubo protestas en todo el mundo islámico -desde la Universidad egipcia de Al-Azhar hasta las multitudes enfurecidas de Indonesia o Paquistán, e incluso un misionero muerto en Turquía-. El tiempo, sin embargo, le ha dado la razón.


Después de aquel famoso "discurso de Ratisbona" la "primavera árabe" degeneró en baños de sangre y, al final, en el Estado Islámico que hoy es dueño de parte de Irak y de Siria y que ya ha puesto su pie en Libia. Tras lo ocurrido esta semana en París, hoy todos claman contra un Islam que se transforma en terrorismo sangriento. Hasta el propio presidente de Egipto pide a las autoridades religiosas musulmanas que hagan algo para que su religión no sea sinónimo en todo el mundo de violencia incontrolada.

Pero parece que tenía que ocurrir el atentado contra un medio de comunicación francés para que las conciencias se despertaran, como si lo demás no hubiera tenido tanta importancia. Y me refiero a las masacres de Boko-Haram en Centroáfrica y Nigeria -esta semana, de nuevo, cientos de muertos, sin que nadie se alarme por ello- o incluso a los cientos de miles de desplazados en Oriente Medio, con no pocos asesinatos por motivos religiosos, de los que han sido víctimas sobre todo los cristianos. Ahora que ha sucedido la horrible masacre de la revista francesa, todos se espantan y se convoca una cumbre internacional al máximo nivel; mientras eran asesinados miles de cristianos africanos, sirios o iraquíes, la cosa parecía no tener tanta importancia.

No tengo ninguna simpatía hacia el semanario que ha sufrido el atentado. Ha atacado a la Iglesia vilmente y se ampara en la libertad de expresión para ofender sentimientos dignos de respeto, bien sean de católicos o de musulmanes. Pero eso no justifica de ningún modo lo que les ha sucedido a los que trabajaban en él. Cuando se metió con el arzobispo de París o incluso cuando blasfemó contra la Santísima Trinidad, la Iglesia protestó -pues también ella tiene libertad de expresión, ¿o no?-, pero no hizo nada más. Ahora los musulmanes han escrito con en el rojo de la sangre su venganza. Esto demuestra quién es quién. Y no me refiero sólo a los católicos y a los musulmanes. Hoy en la sociedad laicista hay unos que insultan y otros que sufren los insultos; de éstos, algunos como los católicos los aguantan poniendo la otra mejilla y otros como los musulmanes pasan sus facturas con violencia. Benedicto XVI tenía razón al pedir al Islam que introdujera urgentemente cambios en su mentalidad para no convertirse en la religión del odio y la violencia. Además de eso, yo me atrevo a pedir a los laicistas que hagan también cambios para dejar de ofender a aquellos que tienen derecho a ser respetados, amparándose en la liberta de expresión. La respuesta violenta a los insultos no puede ser aceptada, pero también habría que intentar evitar los insultos, por el mismo motivo por el que hay que rechazar la violencia: por respeto a la persona. Esto no puede valer sólo para los musulmanes. Tiene que valer para todos.