martes, 27 de mayo de 2014

¿Elecciones o Debate Electoral?

Esta es la verdadera disyuntiva en la actual coyuntura electoral colombiana: ganar a como dé lugar, o debatir la manera como nos proponemos construir, perfeccionar, hacer prevalecer y garantizar la operatividad del Orden Institucional, para que el ejercicio de las libertades ciudadanas sea una realidad concreta.

Ganar las elecciones centra la preocupación en la "estrategia" y la acción en el pragmatismo, pervierte el lenguaje con eufemismos y secuestra la realidad reduciéndola a simples tópicos, a un esquema en el que los hechos se manipulan y se ofrecen al antojo, como las falsas disyuntivas entre paz o guerra, e izquierda o derecha.

Debatir electoralmente centra la preocupación en la realidad del país tal cual se presenta, y la acción en la presentación y sustentación de un plan de gobierno con el que se propone actuar sobre dicha realidad para reforzarla, reorientarla o cambiarla en los aspectos que así lo exijan.

Según sea la actitud que se adopte, ésta marcará el tono de cada campaña y convertirá la contienda electoral en un debate de principios, de visiones, de ideas y de programas, o en un escenario de improperios y descalificaciones.

Por ello, a estas alturas, cada uno de los candidatos que han quedado para segunda vuelta electoral, deberá elegir la actitud a seguir, con base en la idea que tenga sobre el grado de inteligencia de sus conciudadanos y del respeto que éstos le merezcan, no importa cuál sea su grado efectivo de educación.

Quizás muchos de los posibles electores sean apáticos, perezosos, poco ilustrados y hasta cerrados y recalcitrantes en la expresión de sus ideas; pero no hay uno solo al que su conciencia e inteligencia no le hablen ni lo hagan moverse de su cerrazón, si se apela a éstas con respeto, pedagogía y claridad, y, sobre todo, con la fuerza de la razón y de la verdad, que es la única capaz de movilizar las auténticas convicciones y llevar a una persona a tomar una decisión propia.

De ustedes depende. En estas tres semanas llevemos a los colombianos del apasionamiento al debate, del esquematismo al razonamiento argumental, de la apatía a la participación, y del abstencionismo al entusiasmo.

De paso, ustedes llegarán, antes que a la primera magistratura del país, de la competencia al liderazgo. Y quien "gane" sobre estas bases, pasará de la euforia partidista y política a la dignidad de un hombre de Estado, y a la historia.

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